redleft.gif (279 bytes) Genealogía de la Familia Fiegelist en Suiza, Alemania, EE.UU. y Chile

LA TRAVESIA

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No se han conservado noticias sobre el viaje de Fidel Fiegelist y su esposa Scholastika Haberbosch en el barco hamburgués "Australia", bajo el mando del capitán J. Meyer. Solo sabemos que el Australia zarpó de Hamburgo el 3 de abril de 1852 con rumbo a Corral y Valparaíso, entrando al primero de los puertos nombrados el 1° de agosto de 1852. Un viaje de prácticamente cuatro meses de duración. ¡Y la última parte de la travesía, el cruce del Cabo de Hornos, en pleno invierno!

Actualmente cuando se emprende un viaje a algún país lejano, estoy seguro que el 99% de las personas toma como lo más natural subir al avión y después de unas horas de vuelo, en todo caso menos de 24 horas, llegar a Francfort, Cleveland o California. Y todo ello cómodamente instalados en un mullido asiento reclinable, escuchando música estéreo o disfrutando una película, una buena cena con una botella individual de vino y una botellita de cognac francés como bajativo. Y hay algunos que se quejan, "que el espacio entre los asientos es muy escaso, que la aerolínea X no tiene tan buena atención como la Y, u otras quejas". Uno se da un mes de vacaciones recorriendo un lejano país y cuando regresa a casa nuestro navegante recién vendría a la cuadra de las Islas Azores, con otros tres meses de viaje por delante. El haber leído más de algo sobre lo que tuvieron que pasar mis antepasados me ha hecho recordarlos cuando he viajado, y ¡he disfrutado tanto mis vuelos!

En realidad analizando los listados de los distintos barcos que trajeron inmigrantes a Chile, uno puede ver que los casi 4 meses de navegación del "Australia" no solo pueden ser considerados como un tiempo normal sino comparativamente, una navegación relativamente corta. EL "Susanna" zarpó el 9.12.1865 de Hamburgo y llegó a Puerto Montt el 22.6.1866, un viaje de más de 6 meses. En un viaje anterior la misma nave salió un 1° de julio de 1852 y llegó el 10.11.1852, más de 4 meses. Hay que imaginarse mas de un centenar de personas hacinadas en una pequeña nave durante 4 meses, navegando por los mares más tormentosos del mundo.

He considerado interesante incluir acápites de una carta dirigida a Egidius Schmid, alcalde del pueblo de Hunsdersingen por un inmigrante, en que describe el viaje y las impresiones al llegar a Chile. La carta lleva fecha 12 de octubre de 1852 y fue publicada en el Diario CONDOR N° 3032, año 57, del 21.11.1992, pag. 8 y sig. En la traducción que sigue he procurado mantener en lo posible el estilo de la carta original, con su puntuación y redacción muy típica.

"Estimado señor alcalde:
Saludos con Dios a todos ustedes, queridos cuñados y cuñadas, hermanos, amigos y conocidos, el 2 de agosto al mediodía 12 horas llegamos sanos a nuestra nueva patria, enfermos abandonamos nuestra buena Alemania y en el mejor bienestar estamos acá y me alegrará si mi carta los encuentra sanos. El domingo el 4 de abril salimos de Hamburgo y tuvimos que parar al día siguiente, por el bajo nivel del agua el barco tuvo que ser estibado de nuevo porque estaba sobrecargado; ahí llegamos el 13 de abril a Cuxhaven y al día siguiente entramos al Mar del Norte y entonces al canal entre Inglaterra y Francia, entonces al mar Mediterráneo (error: se refiere sin duda al Atlántico, n.t), el 2 de mayo alcanzamos la isla Matäura (=Madeira) a mediados de junio estabamos bajo la linea del sol, ahí se festejó una fiesta para el Dios del sol, al dios del Sol lo llaman Nellsohn; Ahí se organizó por los marineros una mascarada y todos tenían que ser bautizados, al mediodía recibimos un banquete y cada 8 personas una botella de vino; en la noche ponche y vino caliente y se cerró con diversión y bailes. Y entonces debería haber transcurrido la mitad de nuestro viaje y fue entonces a la parte sur contra el Cabo de Hornos. El primero de julio alcanzamos el Cabo de Hornos, pero ahí se largó, ahí teníamos cada vez el otro día un temporal y demoró 4 semanas, 3 semanas era desfavorable, lo que avanzábamos en un día, lo retrocedíamos al día siguiente, vimos el 31 de julio por fin tierra, pero pudimos por falta de viento recién el día 2 de agosto al mediodía entrar al puerto, el cual se llama Koral (sic) y está a 5 horas de distancia de Valdivia, ahí el capitán viajó de inmediato a Valdivia y dio aviso de nuestra llegada. Ahí recibimos carne fresca de buey y pan el cual envió el Gobierno y vino un delegado donde recibió las listas de los pasajeros del capitán. Nosotros tuvimos hasta el Cabo de Hornos una muy feliz navegación, el calor en la línea del sol [se refiere obviamente a la zona ecuatorial] nos fue tolerable por lluvia y viento, nunca tuvimos falta de viento, íbamos siempre adelante de día y de noche. De todos modos en el mar abierto no se puede parar. Ahora llegamos tras el mareo, éste empezó inmediatamente en el Mar del Norte y viene de los fuertes movimientos del barco."

Detalla luego el relato quienes sufrieron el mareo y en que grado para continuar: "De cosas dignas de verse no podemos escribir mucho, nosotros vimos pocos peces, una clase con nombre Saltadores o Peces Cerdos, donde los marineros con una horquilla capturaron 2 piezas, ellos miden a lo largo cinco pies de largo, pesan aproximadamente 2 quintales y tienen un tocino como un chancho, dos dedos de alto, la carne es roja y comestible pero no muy buena, el tocino se derrite a manteca y tienen mucha sangre consigo; la segunda clase es bien chica y puede volar una corta distancia sobre el agua, con nombre peces voladores; la tercera clase es mas o menos de 10 pies de largo y se llama pez espada; la cuarta clase tiene 60 hasta 70 pies de largo y se llama Reitwel o ballena; cuando uno ya no está lejos del Cabo de Hornos se muestra una cantidad de pájaros, Palomas del Cabo se las llama las cuales son mitad paloma mitad pato y de colores espantosos, ellas son fáciles de capturar con un anzuelo para peces, ahí uno pone un poco de tocino en el anzuelo y lo tira al agua

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Certificado de embarque de Fidel Fiegelist otorgado por el Archivo Estatal de Hamburgo.

con una cuerda y así se comen el tocino están presos. Y ahora llegamos a los alimentos, en caso de apuro se puede sobrevivir con la dieta del barco, especialmente quienes están acostumbrados a una dieta burda, entonces las necesidades de refresco no se deben consumir en la primera mitad del viaje, sino que debe llevar cosas que se duren todo el viaje, donde no se descompongan en la zona calurosa, porque uno tiene que contar con 190 –140 días para el viaje; Nosotros tuvimos una navegación mediana, ella demoró solo 120 días, y los viajes de 80 hasta 90 días son muy raros, uno no debe pensar ahora solo nos quedan 14 días, estos pueden convertirse en 6 semanas por malos vientos, por eso es conveniente guardar los alimentos hasta casi el final, pues en un viaje largo escasean tanto los alimentos que se reparten muy ahorrativamente." Luego se dan algunos consejos sobre el aprovisionamiento: "Licor se necesita bastante, debe contarse con 1/8 Schoppen por persona por día, luego se recomienda un buen vino añejo pero tiene que ser bien bueno y empaquetado en botellas en un barril o cajón, eso deben ser 30 a 40 botellas, mas carne ahumada pero tiene que ser muy bien ahumada, empacada en ceniza, se supone que se conserva mejor, mas allá queso tambien son muy buenos un suizo o Immenthaler y quesos enteros no en pedazos que no se seque, el queso hay que trapearlo de tiempo en tiempo y envolverlo en un paño húmedo para mantenerlo húmedo. Jamones y cecinas no puedo recomendar porque no se duran todo el viaje"

El autor de la carta continúa recomendando llevar ciruelas, cebollas hasta ¼ de quintal como medicina para mejorar la digestión, azúcar y café porque en Chile es muy caro, cristales de ácido cítrico porque el agua en la zona ecuatorial se pone muy mala. Luego nos pinta un muy vívido cuadro de las incomodidades que se tenía que afrontar: "Si alguien emprende el viaje pida ya en la primera semana lo que está estipulado en el acuerdo, es decir mostaza, pimienta, sal, vinagre, porque esto lo olvidan con agrado. Ahora tengo que volver a las incomodidades, primeramente al muy limitado espacio. Las camas estrechas, el gran griterío de los niños, la gran hediondez, ahí uno come y otro escupe al lado, muy delicado uno no puede ser, sino está mal. . En segundo lugar las cuatro semanas finales alrededor del Cabo de Hornos los cortos días siempre lluvia, nieve y temporal, como siempre se tiene puesta ropa mojada y no la puede secar ahí todos parecen carreteros porque aquí no se puede lavar ni secar, toda la ropa está llena de sal por el agua salada y con cada aire húmedo toda la ropa está mojada otra vez. En tercer lugar con los muchos temporales donde uno no puede andar, no puede estar de pie, no puede sentarse y acostarse tampoco puede siempre, donde el barco sube a la altura y uno cree que ahora caerá a un abismo, olas de la altura de casas y profundos valles, silba y brama, ahí cree uno que el final está cercano pero el barco puede desafiar cualquier temporal o clima pero es mejor un barco grande que uno chico, las olas no llegan tan luego a la cubierta, nosotros tuvimos un barco grande. En cuarto lugar con las muchas personas en un estrecho espacio en la noche con el mal olor de los muchos recipientes nocturnos, se trata de mantener por cierto la limpieza pero no es suficiente, pero a pesar de todos estos inconvenientes ninguno se enfermó y ninguno murió, tres lactantes se murieron pero estos ya antes no estaban sanos así que no cuentan. Las personas que tienen niños de menos de un año y las embarazadas no les aconsejo hacer un viaje así. Nacimientos tuvimos dos en el barco, las sepultaciones fueron de la siguiente manera, el niño se envuelve en un trozo de tela de velas que se cose, a los pies se cose un paquete de arena y se tiende sobre una tabla entonces el capitán lee una oración y el cadáver se hunde en las profundidades del mar."

Luego el autor da una serie de recomendaciones sobre el dinero, aconsejando cambiar el dinero europeo por moneda chilena en Hamburgo, para luego continuar con algunos detalles "agradables" del viaje: "En los grandes temporales nuestro barco no sufró ningun daño, se rompieron algunas velas, pero peligro no tuvimos ninguno, nosotros tuvimos marinos muy prácticos y cuidadosos, nuestro capitán era un hombre muy valiente, lo mejor cuando hay mareo es permanecer siempre lo más posible en cubierta, aunque uno crea que no se puede por la debilidad porque el aire de mar es muy saludable." Luego continúa; "...lo mejor casi lo había olvidado piojos y garrapatas también adquirimos, una familia que tenía su hogar en Esslingen los trajeron de su casa y contagiaron casi todo el buque. Hasta ahora no puedo invitar a nadie que venga donde mi, no es tan brillante como se relató, porque todo es muy caro. " Luego de dar diversos precios dice que las tierras no son muy buenas porque sin abono no da muy buen rendimiento y el abono es difícil de encontrar, "pero esta descripción solo vale para los alrededores de Waldivia (sic) " agregando que en Osorno y Llanquihue es mucho mejor. Explica que la vid no se da porque las noches son muy frías "pero más arriba contra Consepzion y Fallbaaraiso ahí crece un muy buen vino, pero ahí uno tiene que ir por mar 4 días más. Eso va subiendo contra Perú."

La carta finaliza con alguna nota de optimismo para el futuro diciendo: "...porque los nativos no preguntan mucho por el trabajo alemán, éstos se quedan sobre su viejo estilo y les gusta como lo hacían el padre y el abuelo y estos son así, no plantan mas que lo que necesitan para subsistir y los pocos alemanes pasan largo trabajo hasta que tienen lo más necesario y no pueden vendar por largo tiempo. Pero las perspectivas son bonitas y yo creo que el futuro se pondrá mejor, especialmente cuando lleguen mas hombres alemanes formados y con dinero y no de esos que andan a la siga de las tabernas donde ya hay actualmente bastantes de ellos."

Como hemos visto el viajar desde Europa a Chile distaba mucho de ser un viaje de agrado, y creo importante haber presentado algo de esto en este trabajo, para que estas realidades sean conocidas y debidamente valoradas.

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